Si estáis pensando visitar Valencia y alrededores, este post es un imprescindible para vuestra visita. Os vamos a recomendar lugares llenos de historia, sabores que todo paladar debe saborear y momentos que vivir en una tierra que ha sido un gran descubrimiento para nosotros.
¿Qué nos llevó a la Comunitat Valenciana? Uno de los principales motivos fue la visita a una obra de arte de la naturaleza, Les Coves de Sant Josep. Hacía mucho tiempo que queríamos visitar estas increíbles cuevas, de las que hablaremos más adelante, y aprovechamos para preparar una escapada de tres días.
A medida que investigábamos qué ver, encontrábamos más imprescindibles para este viaje, y seguro que más de uno nos dejamos. Pero nuestra ruta fue muy enriquecedora y, por si se nos olvida más adelante… compramos unas mandarinas en el mercado de Valencia… ¡de las más sabrosas que hemos probado! Y no podía ser para menos, en esta maravillosa tierra que huele a azahar. Aquí os dejamos nuestra escapada.
Primer día: Llegada a Valencia con sabor a arroz del «senyoret», y visita a la Ciutat de les Arts i les Ciències
Cuando vas de ruta camino hacia Valencia, empieza a llegarte ese olor inconfundible a azahar. Ver esos campos llenos de naranjos en flor es un regalo para la vista y el olfato; recuerda a esos paisajes que puedes ver en zonas de viñedos, donde se saborea con la mirada.
Tras llegar, como era la hora de comer, fuimos a probar uno de los dos platos típicos de la zona: arroz del «senyoret». Muy recomendable, probablemente menos conocido que la paella para muchos —entre los que nos incluimos nosotros—, pero muy sabroso. Os lo recomendamos.
Una vez satisfecha la parte gourmet, dedicamos la tarde a visitar la Ciutat de les Arts i les Ciències. Todo el recinto es impactante y ofrece al visitante un paseo muy agradable, rodeado de una arquitectura bastante única, diseñada principalmente por el arquitecto Calatrava.
Aprovechamos para visitar el CaixaForum València, que nos pareció fabuloso. El hall en sí mismo es una obra de arte, no te lo puedes perder. Vimos unas exposiciones temporales y disfrutamos del ambiente. Por la noche, aprovechamos para ver toda la zona iluminada, hacer fotos y cenar por la zona, que tiene bastante restauración.
Segundo día: Cultura, gastronomía y naturaleza
El segundo día madrugamos para poder darlo todo. La primera visita fue a La Lonja de la Seda, que, aparte de ser una obra maestra del gótico, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1996. No os llevará mucho tiempo la visita y es totalmente recomendable. Aparte, las fotos en el patio quedan preciosas.

A apenas un minuto a pie de La Lonja está el Mercado Central. En el mercado puedes disfrutar de su pintoresca arquitectura y saborear la gastronomía de la zona. Hay muchas paradas donde podrás probar platos típicos y comprar unas buenas naranjas y mandarinas. Justo aquí fue donde probamos las que mencionamos al principio del post.
¡Compramos unas raciones de paella que estaban riquísimas! Y te las dan con tu tenedor y servilleta para que puedas disfrutarla mientras paseas.

Callejeamos hasta las Torres de Quart, pasamos por la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados y probamos la famosa horchata de Valencia.

Nos hubiera gustado quedarnos más tiempo, pero con tan solo tres días no se puede visitar todo. Tenemos claro que volveremos y visitaremos lugares como el Barrio del Carmen, el Jardín del Turia y la Catedral, entre otros.

Por la tarde teníamos una visita que nos hacía mucha ilusión: el Parque Natural de L’Albufera (actualmente es recomendable consultar el estado de la zona tras las trágicas inundaciones de la DANA). A unos aproximadamente diez kilómetros de Valencia se encuentra este espacio natural, donde dar un paseo en barca mientras cae el atardecer y ver la naturaleza en su esplendor. Realmente, un lugar hermoso.
Tercer día: Les Coves de Sant Josep y Peñíscola
El tercer día por la mañana también salimos temprano, camino hacia Les Coves de Sant Josep covesdesantjosep.es . Por más que pensamos en qué palabras usar para describir la experiencia, lo mejor es decir que, literalmente, esta maravilla de la naturaleza te deja sin palabras. Al llegar, la amabilidad del personal que te atiende hace muy agradable el embarque, y cuando te has sentado en la barca, te das cuenta de que vas a vivir algo impresionante, que recordarás siempre. Empiezas a darte cuenta de la belleza de todo lo que te rodea y se te avivan los sentidos para no perderte detalle. Y es que no es para menos: estás en el río subterráneo navegable más largo de Europa. Sin más, recomendaros que vayáis, no os lo podéis perder.
Info práctica: mejor comprar la entrada con antelación para aseguraros de que tenéis entradas, y el aparcamiento es gratuito.


Por la tarde, ya de vuelta, pasamos por Peñíscola. Decidimos visitar el castillo construido por los caballeros templarios, pasear por sus pintorescas calles y disfrutar del atardecer tomando algo frente al mar, con vistas al castillo.

Un cierre perfecto a una escapada maravillosa. Os recomendamos seguir este itinerario si queréis disfrutar de unos días de relax, cultura, naturaleza y gastronomía. Esperamos que lo disfrutéis.